31.8.14

5 poemas de Félix Francisco Casanova



A veces, cuando la noche me aprisiona...

A veces, cuando la noche me aprisiona
suelo sentarme frente a una cabina telefónica
y contemplo las bocas que hablan
para lejanos oídos.
Y cuando el hielo de la soledad
me ha desvenado, los barrenderos moros
canturrean tristemente
y las estrellas ocupan su lugar, yo acaricio el teléfono
y le susurro sin usar monedas.

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El autobús de medianoche
pasará por aquí, frente a tu casa.
Sonará tres veces el claxon
y oirás las risas contagiosas
de sus pasajeros.
Tú morderás la cortina de la ventana
y aferrándote a los muebles
romperás a llorar.
Justo la noche en que decidas marchar.
Si faltara a la cita.

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De más allá del mar
vienes a contarme tu derrota
y esperas que yo te arrulle
y te preste un poco de viento.
Hoy, día de la carne abierta,
con tu olor a subterráneo
y tu pálida huella en las cosas,
amigo, urge saltar del tren
y dejar un disfraz vacío
velando el asiento:
así verás que eres tú el túnel
por donde los demás corremos.

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La brisa mantiene
la pluma en el aire,
el ave, furiosa, escarba
en la arena, sus alas
dormidas, la sangre pesando
dentro de su cuerpo, el peso
de su cuerpo dentro del zarzal,
y la pluma subiendo
y la pluma subiendo...

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¡Qué alivio!..
Eres un árbol y
no puedes seguirme