Nunca le tomes
la palabra
a la noche.
Es palabra de agua
y tú conoces las mareas
POÉTICA
Escucho los ladridos, distintamente,
pero nada sé de ese perro que arde
ni del dibujo de su huella por la tierra abrasada.
Reconozco a los que lo han mirado
frente a frente. Escucho sus historias.
He pasado varias veces la mano
ante sus ojos blancos desde entonces
y he sentido uma llama calentarme los dedos.
Pero yo sólo escucho los ladridos.
Incluso cuando salen de mi boca.
Nada sé de poesia.
Vanesa Pérez-Sauquillo
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