I had a black coat. A poet gave it to me some years ago on my fifty-seventh birthday. It had been his — an ill-fitting, unlined Comme des Garçons overcoat that I secretly coveted. On the morning of my birthday he told me he had no gift for me.
— I don’t need a gift, I said.
— But I want to give you something, whatever you wish for.
— Then I would like your black coat, I said.
And he smiled and gave it to me without hesitation or regret. Every time I put it on I felt like myself. The moths liked it as well and it was riddled with small holes along the hem, but I didn’t mind. The pockets had come unstitched at the seam and I lost everything I absentmindedly slipped into their holy caves. Every morning I got up, put on my coat and watch cap, grabbed my pen and notebook, and headed across Sixth Avenue to my café. I loved my coat and the café and my morning routine. It was the clearest and simplest expression of my solitary identity. But in this current run of harsh weather, I favored another coat to keep me warm and protect me from the wind. My black coat, more suitable for spring and fall, fell from my consciousness, and in this relatively short span it disappeared. (In M Train, 2015.)
Le porte del mondo non sanno che fuori la pioggia le cerca. Le cerca. Le cerca. Paziente si perde, ritorna. La luce non sa della pioggia. La pioggia non sa della luce. Le porte, le porte del mondo son chiuse: serrate alla pioggia, serrate alla luce.
Soy una mujer que llora Soy una mujer que escupe Soy la mujer que mea Soy una mujer que ya no da leche Soy una mujer que habla Soy una mujer que grita Soy la mujer que vomita Soy una mujer asquerosa pero sé luchar contra la muerte y contra las yerbas que crían el veneno Soy una mujer que da la vida Soy una mujer que ya no pare Soy una mujer que flota sobre las aguas Soy una mujer que vuela por los aires Soy una mujer del aire Soy una mujer que bebe el humo Soy una mujer que bebe la sangre de los corderos Soy una mujer que bege la sangre de los muertos Soy una mujer que bebe la sangre del león Soy una mujer que bebe la sangre de los niños Soy una mujer que bebe la sangre de los mozos Soy una mujer que bebe el humo Soy una mujer que bebe el humo Soy una mujer que bebe el humo Soy una mujer de luz Soy una mujer que anda sola Soy una mujer que anda sola Sou una mujer derribada Soy una mujer pura Soy una mujer hambirenta y sedienta Soy una mujer sin memoria Soy una mujer de trapo Soy una mujer que no miente Soy una mujer que tampoco miente Soy una mujer metida en un baúl estrecho Soy una mujer que come flores Soy una mujer que come peces vivos y saltamontes Soy una mujer capaz de pasar hambres Soy una mujer que pasa hambres Soy una mujer que pasa muchas hambres Soy una mujer que no recuerda haber comido jamás Soy una mujer a que cocieron en chocolate Soy una mujer calva Soy una mujer a la que dejaron calva rociándole la cabeza con chocolate Soy una mujer sin lengua Soy una mujer de palo Soy una mujer con ojos que ni miran ni brillan Soy una mujer que ve en la tiniebla Soy una mujer que palpa la gota de rocio posada sobre la yerba Soy una mujer a la que asesinó el marido hace ya muchos años Soy una mujer que murió en la cárcel porqué fue acusada de haber asesinado a su marido Soy una mujer que efectivamente asesinó a su marido Soy una mujer valerosa y que no tiembla Soy una mujer que duerme sola Soy una mujer de arena Soy una mujer que vela eternamente Soy una mujer que tiene un agujero en la garganta....
Es de noche y tiene que aterrizar antes de que se acabe el combustible. Así terminan todos sus poemas, tratando de expresar con un lenguaje público un sentimiento privado.
Su ambición es el lenguaje del piloto hablándole a los pasajeros en medio de una situación desesperada: parte engaño, parte esperanza, parte verdad.
Todos los poemas terminan igual. Hechos pedazos contra un cerro obscuro que no estaba en las cartas.
Luego hayan los restos: el fuselaje, la cola como siempre, intacta, el olor a cosa quemada consumida por el fuego.
Como un golfo de soles este espacio hermético y transparente: una esfera de cristal con el sol adentro; con un cuerpo dorado (un ausente, querido tú) con una cabeza donde brillan los ojos más azules delante de sol en la esfera transparente.
La acción transcurre en el desierto y qué
sola atravesé mi infancia como caperucita el bosque antes del encuentro feroz. Qué sola llevando una cesta, qué inocente, qué decorosa y bien dispuesta, pero nos devoraron a todos porque ¿para qué sirven las palabras si no pueden constatar que nos devoraron? —dijo la abuela.
Pero de la mía no se vistió el lobo. El bosque no es verde sino en el cerebro. La abuela dio a luz a mi madre quien a su vez me dio a tierra, y todo gracias a mi imaginación. Pero allí, en mi pequeño teatro, el lobo las devoró. En cuanto al lobo, lo recorté y lo pegué en mi cuaderno escolar. En suma, en esta vida me deben el festín.
Minha cabeça estremece com todo o esquecimento.
Eu procuro dizer como tudo é outra coisa.
Falo, penso.
Sonho sobre os tremendos ossos dos pés.
É sempre outra coisa, uma
só coisa coberta de nomes.
E a morte passa de boca em boca
com a leve saliva,
com o terror que há sempre
no fundo informulado de uma vida.
Sei que os campos imaginam as suas
próprias rosas.
As pessoas imaginam os seus próprios campos
de rosas. E às vezes estou na frente dos campos
como se morresse;
outras, como se agora somente
eu pudesse acordar. Por vezes tudo se ilumina.
Por vezes canta e sangra.
Eu digo que ninguém se perdoa no tempo.
Que a loucura tem espinhos como uma garganta.
Eu digo: roda ao longe o outono,
e o que é o outono?
As pálpebras batem contra o grande dia masculino
do pensamento.
Deito coisas vivas e mortas no espírito da obra.
Minha vida extasia-se como uma câmara de tochas.
- Era uma casa - como direi? - absoluta.
Eu jogo, eu juro.
Era uma casinfância.
Sei como era uma casa louca.
Eu metia as mãos na água: adormecia,
relembrava.
Os espelhos rachavam-se contra a nossa mocidade.
Apalpo agora o girar das brutais,
líricas rodas da vida.
Há no esquecimento, ou na lembrança
total das coisas,
uma rosa como uma alta cabeça,
um peixe como um movimento
rápido e severo.
Uma rosapeixe dentro da minha ideia
desvairada.
Há copos, garfos inebriados dentro de mim.
- Porque o amor das coisas no seu
tempo futuro
é terrivelmente profundo, é suave,
devastador.
As cadeiras ardiam nos lugares.
Minhas irmãs habitavam ao cimo do movimento
como seres pasmados.
Às vezes riam alto. Teciam-se
em seu escuro terrífico.
A menstruação sonhava podre dentro delas,
à boca da noite.
Cantava muito baixo.
Parecia fluir.
Rodear as mesas, as penumbras fulminadas.
Chovia nas noites terrestres.
Eu quero gritar paralém da loucura terrestre.
- Era húmido, destilado, inspirado.
Havia rigor. Oh, exemplo extremo.
Havia uma essência de oficina.
Uma matéria sensacional no segredo das fruteiras,
com as suas maçãs centrípetas
e as uvas pendidas sobre a maturidade.
Havia a magnólia quente de um gato.
Gato que entrava pelas mãos, ou magnólia
que saía da mão para o rosto
da mãe sombriamente pura.
Ah, mãe louca à volta, sentadamente
completa.
As mãos tocavam por cima do ardor
a carne como um pedaço extasiado.
Era uma casabsoluta - como
direi? - um
sentimento onde algumas pessoas morreriam.
Demência para sorrir elevadamente.
Ter amoras, folhas verdes, espinhos
com pequena treva por todos os cantos.
Nome no espírito como uma rosapeixe.
- Prefiro enlouquecer nos corredores arqueados
agora nas palavras.
Prefiro cantar nas varandas interiores.
Porque havia escadas e mulheres que paravam
minadas de inteligência.
O corpo sem rosáceas, a linguagem
para amar e ruminar.
O leite cantante.
Eu agora mergulho e ascendo como um copo.
Trago para cima essa imagem de água interna.
- Caneta do poema dissolvida no sentido
primacial do poema.
Ou o poema subindo pela caneta,
atravessando seu próprio impulso,
poema regressando.
Tudo se levanta como um cravo,
uma faca levantada.
Tudo morre o seu nome noutro nome.
Poema não saindo do poder da loucura.
Poema como base inconcreta de criação.
Ah, pensar com delicadeza,
imaginar com ferocidade.
Porque eu sou uma vida com furibunda
melancolia,
com furibunda concepção. Com
alguma ironia furibunda.
Sou uma devastação inteligente.
Com malmequeres fabulosos.
Ouro por cima.
A madrugada ou a noite triste tocadas
em trompete. Sou
alguma coisa audível, sensível.
Um movimento.
Cadeira congeminando-se na bacia,
feita o sentar-se.
Ou flores bebendo a jarra.
O silêncio estrutural das flores.
E a mesa por baixo.
A sonhar.
God went out of me as if the sea dried up like sandpaper, as if the sun became a latrine. God went out of my fingers. They became stone. My body became a side of mutton and despair roamed the slaughterhouse.
Someone brought me oranges in my despair but I could not eat a one for God was in that orange. I could not touch what did not belong to me. The priest came, he said God was even in Hitler. I did not believe him for if God were in Hitler then God would be in me. I did not hear the bird sounds. They had left. I did not see the speechless clouds, I saw only the little white dish of my faith breaking in the crater.
I kept saying:
I’ve got to have something to hold on to. People gave me Bibles, crucifixes, a yellow daisy, but I could not touch them, I who was a house full of bowel movement, I who was a defaced altar, I who wanted to crawl toward God could not move nor eat bread.
So I ate myself, bite by bite, and the tears washed me, wave after cowardly wave, swallowing canker after canker and Jesus stood over me looking down and He laughed to find me gone, and put His mouth to mine and gave me His air.
My kindred, my brother, I said and gave the yellow daisy to the crazy woman in the next bed.
A união livre Minha mulher com a cabeleira de fogo de lenha Com pensamentos de relâmpagos de calor Com a cintura de ampulheta Minha mulher com a cintura de lontra entre os dentes de tigre Minha mulher com a boca de emblema e de buquê de estrelas de primeira grandeza Com dentes de rastros de rato branco sobre a terra branca Com a língua de âmbar e vidro friccionado Minha mulher com a língua de hóstia apunhalada Com a língua de boneca que abre e fecha os olhos Com a língua de pedra inacreditável Minha mulher com cílios de lápis de cor para crianças Com sobrancelhas de borda de ninho de andorinha Minha mulher com têmporas de ardósia de teto de estufa E de vapor nos vidros Minha mulher com ombros de champanhe E de fonte com cabeças de golfinhos sob o gelo Minha mulher com pulsos de palitos de fósforo Minha mulher com dedos de acaso e ás de copas Com dedos de feno ceifado Minha mulher com as axilas de marta e faia De noite de São João De ligustro e de ninho de carás Com braços de espuma de mar e de eclusa E mistura do trigo e do moinho Minha mulher com pernas de foguete Com movimentos de relojoaria e desespero Minha mulher com panturrilhas de polpa de sabugueiro Minha mulher com pés de iniciais Com pés de molhos de chaves com pés de calafates que bebem Minha mulher com pescoço de cevada perolada Minha mulher com a garganta do Vale do Ouro De encontro no próprio leito da correnteza Com os seios de noite Minha mulher com os seios de toupeira marinha Minha mulher com os seios de crisol de rubis Com os seios de espectro da rosa sob o orvalho Minha mulher com o ventre a desdobrar-se no leque dos dias Com ventre de garra gigante Minha mulher com o dorso de pássaro que voa vertical Com dorso de mercúrio Com dorso de luz Com a nuca de pedra rolada e giz molhado E queda de um copo do qual se acaba de beber Minha mulher com os quadris de escaler Com os quadris de lustre e penas de flecha E de caule de plumas de pavão branco De balança insensível Minha mulher com nádegas de arenito e amianto Minha mulher com nádegas de dorso de cisne Minha mulher com nádegas de primavera Com sexo de lírio roxo Minha mulher com o sexo de jazida de ouro e de ornitorrinco Minha mulher com o sexo de algas e bombons antigos Minha mulher com o sexo de espelho Minha mulher com olhos cheios de lágrimas Com olhos de panóplia violeta e agulha imantada Minha mulher com olhos de savana Minha mulher com olhos d’água para beber na prisão Minha mulher com olhos de lenha sempre sob o machado Com olhos de nível d’água de nível do ar de terra e de fogo. (trad. de Claudio Willer)
WHYS (Nobody Knows The Trouble I Seen) Traditional
If you ever find yourself, some where lost and surrounded by enemies who won't let you speak in your own language who destroy your statues & instruments, who ban your omm bomm ba boom then you are in trouble deep trouble they ban your own boom ba boom you in deep deep trouble
humph!
probably take you several hundred years to get out! Incident He came back and shot. He shot him. When he came back, he shot, and he fell, stumbling, past the shadow wood, down, shot, dying, dead, to full halt. At the bottom, bleeding, shot dead. He died then, there after the fall, the speeding bullet, tore his face and blood sprayed fine over the killer and the grey light. Pictures of the dead man, are everywhere. And his spirit sucks up the light. But he died in darkness darker than his soul and everything tumbled blindly with him dying down the stairs. We have no word on the killer, except he came back, from somewhere to do what he did. And shot only once into his victim's stare, and left him quickly when the blood ran out. We know the killer was skillful, quick and silent, and that the victim probably knew him. Other than that, aside from the caked sourness of the dead man's expression, and the cool surprise in the fixture of his hands and fingers, we know nothing Notes for a Speech African blues does not know me. Their steps, in sands of their own land. A country in black & white, newspapers blown down pavements of the world. Does not feel what I am.
Strength
in the dream, an oblique suckling of nerve, the wind throws up sand, eyes are something locked in hate, of hate, of hate, to walk abroad, they conduct their deaths apart from my own. Those heads, I call my 'people.'
(And who are they. People. To concern
myself, ugly man. Who you, to concern the white flat stomachs of maidens, inside houses dying. Black. Peeled moon light on my fingers move under her clothes. Where is her husband. Black words throw up sand to eyes, fingers of their private dead. Whose soul, eyes, in sand. My color is not theirs. Lighter, white man talk. They shy away. My own dead souls, my, so called people. Africa is a foreign place. You are as any other sad man here american.
Amanhã vou comprar umas calças vermelhas Porque não tenho nada a perder Amanhã comprarei calças vermelhas Porque não tenho nada a perder Sei quantas voltas dei à chave, Sublinhei as frases importantes, Aparei os cedros, Fechei em código toda a escrita
Amanhã vou comprar calças vermelhas Porque não tenho nada a perder Amanhã comprarei calças vermelhas Porque não tenho nada a perder Afiarei as facas Ensaiarei um número Abrirei o livro na mesma página Descobrirei alguma pista