3.1.16

3 poemas de Isabel Fraire



Conclusiones 

No hay que intentar leer a Proust en el tren subterráneo
no se puede leer a Proust en 1974
Proust ya no es válido
lo que es no válido es el tren subterráneo
no entiendo a Proust porque no entiendo el tren subterráneo
no entiendo el tren subterráneo porque estoy llena de Proust
todos estos sentidos son proustianos
Proust es el ojo el tren subterráneo es el objeto
nunca hubo identidad entre ojo y objeto
1974 es la fusión de Proust y el tren subterráneo
en el ojo de su incompatibilidad



2 de octobre* en un departamento
del Edificio Chihuahua 


Piel rota orilla incierta de la piel rota
carne como la carne que le doy al gato
la sangre rezuma y chorrea en goteras
se ve el hueso
ancho y profundo el boquete como plato sopero
alto en el muslo el tazón de carne cruda y sangre
cuerpo tendido en el piso en cuatro dedos de agua
“No es nada.”
“¡Cómo que nada!
¿Te duele?”
“Nada, un rozón.”
Las balas atraviesan vidrios atraviesan puertas se
entierran en paredes
“¡Cuidado señora!” (tiene un niño en brazos) “Métase
al baño, ahí está más segura.”
Los estampidos retumbando arrecian
“Agáchense.” “Hasta abajo.” “No se asomen, por
Dios.”
“¿Cómo te sientes?”
“No es nada.”
(La señora con su niño en brazos gritando) “¿Por
qué siguen, por qué siguen tirando?
Dios mío, Santa Virgen, que paren, ya no sigan...”
“Otra vez.”
“Agáchense.” “Baje la cabeza.” “Dame la mano”, 
como mala película que no termina nunca. 
Diez días después los periódicos no hablan más que 
de Olimpíada. 

No fue nada, un rozón. 


(* data do Massacre de Tlatelolco, 1968, México)



Utopías Contemporáneas


el otro día   en una fiesta  
hablé con una chica   llamada Desirée  (hazme favor)

su renombre produjo ecos 
                                    románticos
                                    históricos
                                    hasta platónicos

resultó que trabaja programando una computadora
y     así como otras gentes sueñan a colores
ella  cada noche  sueña
en un lenguaje de computadora
           compuesto de
                                flechas que son órdenes
                                inflexibles
                                lógicas

me resulta imposible    confesó
             desenvolverme en una relación humana

             todo lo reduzco a signos   a flechas  a órdenes

         de noche
            tengo pesadillas
              en que formo parte de una computadora enorme
            hasta que llega la hora
                              de levantarme para ir a trabajar